Ramón Santamarina. Inmigrante gallego, llegó a la Argentina solo y siendo adolescente en 1840 y poco después a Tandil. Comenzó trabajando en el puerto de Buenos Aires, luego como dependiente de carreteros y después con carretas propias, amazó una incalculable fortuna que le permitió comprar miles de hectarias de campo en la provincia de Buenos Aires y otros puntos del país. Realizó -al igual que su familia, a su muerte – importantes obras para Tandil.